sin embargo, aunque hubo que redoblar esfuerzos para no dejar que la economía de nuestro país se desplomara hasta lo más bajo, el esfuerzo por parte de las pequeñas, medianas y grandes empresas, se ha logrado que paso a paso se avance y recupere todo lo perdido. Aun que ha sido un gran reto para los mexicanos, enfrentarse al gran monstruo que fue una decadencia en la economía nacional del 8.2%, debido a los cierres de fronteras, empresas, negocios, etc. como medidas ante los contagios que crecían exuberantemente, por otro lado, el Producto Interno Bruto cayó únicamente el 0.4% lo que dejó oportunidad para buscar una recuperación.
A ya poco más de 2 años de pandemia, de altos y bajos en el desarrollo económico del país, la industria alimentaria sigue luchando por la recuperación de la economía nacional. Antes de la pandemia, los restaurantes, bares y cafeterías entre otros negocios locales, representaban el 72% de empleo y el 52% del PIB en el país, al cierre de todos estos negocios locales, muchos desaparecieron y los que pudieron resistir, implementaron nuevas estrategias como; la venta a través de internet y redes sociales y venta a domicilio. Ahora las exigencias del nuevo mercado son otras y los retos que se van planteando conforme el paso de la pandemia ha traído a la industria alimenticia a generar y regularizar los procesos industriales de cada producción de alimentos, desde la materia prima hasta la preparación y consumo en cada sector.
La implementación de la NOM-25, Norma Oficial Mexicana 251, la cual entró en vigor su modificación en octubre del 2020, ha tomado un papel importante en el manejo de alimentos y aunque muchas empresas están implementando esta norma, aun faltan muchas otros que faltan por adaptarse y regularizarse en los nuevos procesos que cumplen con las necesidades del consumidor.